Versión Avanzada

Esta pregunta ha sido contestada en todas las paginas de este sitio acuerdo a la palabra de Dios. Sin embargo, es necesario dar una respuesta completa, ya que a algunos se les enseña que en Cristo no importa. Si esto fuera cierto, nuestra herencia no estaría oculta a propósito para las masas de nuestro pueblo. Colosenses 1:26 “A saber, el misterio que había estado oculto desde los siglos y edades, mas ahora ha sido manifestado á sus santos:” Porciones de la Biblia se han convertido en un misterio además de nuestra ascendencia (linaje).


Como creyentes en Cristo, debemos ser construidos por el fundamento que los profetas nos han puesto en la palabra. Sus testimonios no pueden ser despedidos o quebrados. Más bien, mantenemos sus palabras santas que pueden hacernos sabios para la salvación a través de la fe en Jesucristo. 2 Pedro 3:2 “Para que tengáis memoria de las palabras que antes han sido dichas por los santos profetas, y de nuestro mandamiento, que somos apóstoles del Señor y Salvador:” El llamado Antiguo Testamento es rechazado como inválido para el evangelio (buenas noticias) de Cristo en el Iglesianismo (cristianismo moderno). Así suprimiendo información valiosa que viene inherentemente al saber su nacionalidad. Es hora de que los misterios ocultos se descubran. Por esa razón, buscamos que nuestros hermanos y hermanas se edifiquen en Cristo con este fundamento seguro.


Todos los hombres vienen de Adam

Apócrifa Eclesiástico 33:10 “Así todos los hombres son nacidos de la tierra: porque Adam de la tierra fué criado: mas el Señor con la multitud de su sabiduría los diferencio, y los caminos de ellos hizo diversos.” La Biblia nos está enseñando una lección que en este mundo no se tiene en cuenta. El Señor mismo diferencio (dividió) las naciones de esta tierra aunque todas las naciones vinieron de Adam. Véase, Deuteronomio 32:8-9.


Apócrifa Eclesiástico 33:11 “A unos prosperó y levantó, a otros consagro y los hizo cercanos á si.” Versículo 12: “Y á otros abatió y los hizo execrables, y los trastornó de su sillas.” La creencia de que todos son iguales para el Padre Celestial porque venimos de Adam no es realista. Una persona que comienza a leer el libro de Génesis encontrará evidencia de esto. Hay una diferencia entre algunos de los hijos de Adam y es más allá de la apariencia física. Es una cuestión de ser bendecido (prosperó), exaltado y consagrado (hecho santo).


Dentro unos pocos capítulos de Génesis, se hace evidente a quién Dios escogió para bendecir y poner cercanos a sí. Isaías 51:2 “Mirad á Abraham vuestro padre, y á Sara que os parió; porque solo lo llamé, y bendíjelo, y multipliquélo.” En cuanto a las otras gentes, que también vienen de Adam no hay evidencia de que se les llamó o fueron bendecidos. Solo Abraham y su esposa Sara eran los únicos que creyeron en el Padre Celestial y fueron bendecidos con un pacto.


Salmos 105:6 “Oh vosotros, simiente de Abraham su siervo, hijos de Jacob, sus escogidos.” Versículo 7: “El es Jehová [YHWH] nuestro Dios; en toda la tierra son sus juicios.” Versículo 8: “Acordóse para siempre de su alianza; de la palabra que mandó para mil generaciones,” Versículo 9: La cual concertó con Abraham; y de su juramento á Isaac.” Versículo 10: “Y establecióla á Jacob por decreto [ley], á Israel por pacto sempiterno [eterno],” La palabra del Señor esta estableciendo que los pactos desde el principio fueron unicamente con estos hombres y ninguna otra nación, aunque todos los hombres vinieron de Adam. Al hacer esto, eligió bendecir a una nación y consagrarlos, dándoles su ley. Mientras las otras naciones no bendijo con su ley. Por favor lea, Salmos 147:19-20.


Deuteronomio 7:6 “Porque tú eres pueblo santo [Israel] á Jehová tu Dios: Jehová tu Dios te ha escogido para serle un pueblo especial, más que todos los pueblos que están sobre la haz de la tierra.” Versículo 7: “No por ser vosotros más que todos los pueblos os ha querido Jehová, y os ha escogido; porque vosotros erais los más pocos de todos los pueblos:” Versículo 8: “Sino porque Jehová os amó, y quiso guardar el juramento que juró á vuestros padres, os ha sacado Jehová con mano fuerte, y os ha rescatado de casa de siervos, de la mano de Faraón, rey de Egipto.”


El Juramento que juró á vuestros Padres

Un pacto es un acuerdo, en el que Dios juró que bendeciría la simiente de Abraham y esto se conoce como las promesas. Hechos 2:39 “Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare.” Al saber esto, debemos recordarle lo que implican las promesas hechas a nuestros padres.


Gálatas 3:16 “A Abraham fueron hechas las promesas, y á su simiente. No dice: Y á las simientes, como de muchos; sino como de uno:...” Los apóstoles nunca fueron reacios (incomodo) a expresar las promesas. Mas bien reforzaron lo que aprendimos de los profetas; que las promesas NO eran á las simientes, como de muchos. El pacto que Dios hizo con Abraham se le dio a uno de sus hijos; su juramento fue a Isaac. Romanos 9:7 “Ni por ser simiente de Abraham, son todos hijos; mas: En Isaac te será llamada simiente.” Abraham tuvo otras naciones que vinieron de él, pero no fueron contados como participantes de la promesa. En los ojos del Padre Celestial, no se los consideraba sus hijos. Mientras en Isaac te será llamada simiente.


De Isaac salió Jacob, también conocido como Israel, a quien se le dio el pacto. Sigue diciendo en Gálatas 3:16 “…. Y á tu simiente, la cual es Cristo.” El apóstol Pablo nos explica que, en última instancia, la semilla que se llamaría en Isaac era Cristo. Significa que las promesas hechas a Abraham fue una declaración profética sobre la misericordia que sus hijos deberían esperar con la venida de Cristo. Es importante señalar también que la profecía describe el linaje de Cristo como un Israelita (Judío).


Un verdadero creyente debería encontrar problemático que en toda Iglesianismo se enseña doctrinas opuestas con respecto a las promesas. De hecho, hacen de Dios un mentiroso con sus enseñanzas. Véase, Tito 1:2. Afirmando que Dios había desechado su herencia Israel y los reemplazó. Así ya no honra el pacto sempiterno o el juramento a su amigo Abraham. Cerrando el reino de los cielos contra aquellos que son los legítimos herederos de la promesa. Impidiéndoles a recibir misericordia por un evangelio que no se basa en las Escrituras.


Hechos 13:23 “De la simiente de éste, Dios, conforme á la promesa, levantó á Jesús por Salvador á Israel;” Versículo 32: “Y nosotros también os anunciamos el evangelio de aquella promesa que fué hecha á los padres,” Versículo 33: “La cual Dios ha cumplido á los hijos de ellos, á nosotros,...”


Romanos 9:4 “Que son israelitas, de los cuales es la adopción [de ser hijos e hijas], y la gloria, y el pacto, y la data de la ley, y el culto, y las promesas;” Versículo 5: “Cuyos son los padres, y de los cuales es Cristo según la carne, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos. Amén.”


Las escrituras nos enseñan que la promesa de salvación es para Israel debido al juramento que se les dio a sus padres. Si hemos de creer las doctrinas defectuosas del cristianismo moderno (Iglesianismo), estaríamos negando las razones de la existencia y el propósito de Cristo.


Para Recibir Misericordia

Hechos 13:38 “Séaos pues notorio, varones hermanos, que por éste [Jesucrito] os es anunciada remisión de pecados;”


El perdón de los errores cometidos (pecados) es misericordia o gracia. Nos hemos encontrado con un gran problema con las doctrinas de Iglesianismo, afirmando que la ascendencia no es una preocupación con respecto a la misericordia. Según las Escrituras, las palabras pecado, iniquidad y transgresión se definen como la violación de la ley de Dios. Véase, 1 Juan 3:4. ¡Recuerdese que la ley no fue dada a todos! Amós 3:1 “OID esta palabra que ha hablado Jehová contra vosotros, hijos de Israel, contra toda la familia que hice subir de la tierra de Egipto. Dice así:” Versículo 2: “A vosotros solamente he conocido de todas las familias de la tierra; por tanto visitaré contra vosotros todas vuestras maldades.” Nuestra gente en este momento están sufriendo castigo por sus pecados y no entienden por qué. Es debido a que son las gentes a las que Dios le dio sus leyes.


Otra preocupación es que el Iglesianismo enseña, las leyes ahora son anuladas por la fe de Cristo. Esto hace que sea imposible para una persona admitir sus pecados y arrepentirse. Isaías 59:20 “Y vendrá el Redentor [Salvador] á Sión [Israel], y á los que se volvieren de la iniquidad en Jacob, dice Jehová.” Para recibir misericordia, aquellos que creen en la promesa de Cristo no pueden continuar en sus pecados. Deben alejarse de la transgresión, que esencialmente significa arrepentirse. Una persona que ignora su herencia no consideraría que está en pecado, ni pensara que necesita ser salvo. Miqueas 7:18 “¿Qué Dios como tú, que perdonas la maldad, y olvidas el pecado del resto de su heredad? No retuvo para siempre su enojo, porque es amador de misericordia.”


El arrepentimiento no se enseña en Iglesianismo, por lo tanto, la maldad continúa y la ira de Dios. Miqueas 7:19 “El tornará, él tendrá misericordia de nosotros; él sujetará nuestras iniquidades, y echará en los profundos de la mar todos nuestros pecados.” A medida que nos tornamos de nuestra transgresión, Dios se vuelve nuevamente hacia nosotros para mostrarnos compasión. Además de la maravillosa esperanza de perdón en Cristo, por nuestra herencia poseemos grandes regalos que dominarán nuestras iniquidades. Efesios 1:13 “En el cual esperasteis también vosotros en oyendo la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salud [salvacion]: en el cual también desde que creísteis, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa,”


Miqueas 7:20 “Otorgarás á Jacob la verdad,...” No es de común conocimiento que la palabra de verdad es la propiedad de los hijos de Israel para siempre. Por favor lea, Deuteronomio 29:29 y Romanos 3:1-2. Por consiguiente los verdaderos enseñadores de la Biblia son los dueños de ella; que se les prometió ser sellados con el Espíritu Santo. Apocalipsis 7:4 “Y oí el número de los señalados [sellados]: ciento cuarenta y cuatro mil señalados de todas las tribus de los hijos de Israel.”


Imagina que eres el dueño de una propiedad pero que desconoces tu derecho a poseer la tierra y la casa. También aquellos que se hicieron cargo de su propiedad ocultan la información que lo restauraría como propietario y también mienten de su ascendencia. Mientras lo etiquetan como un extraño, también afirman que no es necesario que sean descendientes para ellos poseer la propiedad. A la vez que comience a leer el contrato por si mismo; sabiendo lo que dice el contrato (pacto), intentan añadirse a él declarando que son espiritualmente hijos. De este modo impidiéndole astutamente, el empobrecido de reclamar las grandes riquezas que legítimamente son suyas. Gálatas 3:15 “Hermanos, hablo como hombre: Aunque un pacto [contrato] sea de hombre, con todo, siendo confirmado, nadie lo cancela, ó le añade.”


¿No te indignarías si descubrieras que eres el heredero de la propiedad más preciosa? Aunque estamos hablando a la manera de los hombres, un contrato no puede ser alterado. En este ejemplo carnal sabemos que la reacción a esta información sería buscar restauración. Todavía, (Isaías 42:22) “... no hay quien diga, Restituid.” Aunque existe una conspiración contra los herederos de las promesas, no se pudo evitar la buena voluntad del Altísimo. Miqueas 7:20 Otorgarás á Jacob la verdad, y á Abraham la misericordia, que tú juraste á nuestros padres desde tiempos antiguos.”


No solo fue una promesa dada a los hijos de Abraham, sino también la confianza de que Dios la cumplirá. Romanos 4:21 “Plenamente convencido de que todo lo que había prometido, era también poderoso para hacerlo.” Por eso nos dijeron que “Mirad á Abraham vuestro padre” porque para recibir la misericordia debemos darnos cuenta de quién fue nuestro padre. Similar a cómo es importante conocer sus antecedentes para recibir una herencia de propiedad. Gálatas 3:8 “Y viendo antes la Escritura que Dios por la fe había de justificar á los Gentiles, evangelizó antes á Abraham, diciendo: En ti serán benditas todas las naciones.”


Las Escrituras anteriores nos dejaron en claro que el pacto no podía ser alterado para que añade, ni eran las promesas a las simientes, como de muchos pueblos que no vinieron de Abraham. Leyendo en el libro de Génesis podríamos prever que después de muchas generaciones Israel se perderá debido a cautiverios (esclavitud). Hasta el punto que ni siquiera recordarán a su padre Abraham pensando que son paganos o gentiles de diferentes naciones. Por favor lea, Génesis 35:9-13.


Para aclarar esto, en Iglesianismo saben que Israel no guardó el mandamiento de Dios y fue castigado por sus pecados. Levítico 26:24 “Yo también procederé con vosotros en oposición, y os heriré aun siete veces por vuestros pecados:”


La consecuencia de este castigo fue que Israel perdió la tierra y sus enemigos la poseían. Levítico 26:32 “Yo asolaré también la tierra, y se pasmarán de ella vuestros enemigos que en ella moran:”


Después de ser expulsados de la tierra, fueron dispersados entre todas las naciones y se convirtieron en esclavos. Levítico 26:33 “Y á vosotros os esparciré por las gentes, y desenvainaré espada en pos de vosotros: y vuestra tierra estará asolada, y yermas vuestras ciudades.” Asimilándose a las costumbres y cultura de las gentes que los esclavizaron, perdiendo así su patrimonio. Véase, Jeremías 17:4.


Deuteronomio 32:26 “Dije: Echaríalos yo del mundo, haría cesar de entre los hombres la memoria de ellos,” En este punto, se convirtieron en paganos sin memoria de sus ancestros, perdidos. Esto es cuando el Iglesianismo interviene para reclamar la herencia de Israel como propia. Adoctrinar a los elegidos para que rechacen su propia misericordia.


Levítico 26:39 “Y los que quedaren de vosotros decaerán en las tierras de vuestros enemigos por su iniquidad; y por la iniquidad de sus padres decaerán con ellos:” Versículo 40: “Y confesarán su iniquidad, y la iniquidad de sus padres, por su prevaricación con que prevaricaron contra mí: y también porque anduvieron conmigo en oposición,” Confesar tu iniquidad (pecado) es el acto de arrepentimiento. El Padre celestial requiere que recordemos quiénes fueron nuestros padres. ¡Para arrepentirte apropiadamente debes saber quién eres! Solo así podrás ver que estas en pecado y reconocer que tus antepasados se extraviaron del pacto que se les dio.


Jeremías 14:20 “Reconocemos, oh Jehová, nuestra impiedad, la iniquidad de nuestros padres: porque contra ti hemos pecado.” Religiones y las tradiciones pecaminosas se transmiten comúnmente a los niños. Para renunciar a las formas pecaminosas aprendidas de sus padres y arrepentirse, debe reconocer las mentiras heredadas. Véase, 1 Pedro 1:18 y Jeremías 16:10-21.


Estas profecías detallan la condición actual de nuestro pueblo; decaídos en sus pecados. El evangelio falso de Iglesianismo es que Cristo murió para que pudieran seguir viviendo en pecado. También que los Gentiles reemplazaron a los Judíos. Aunque sufren castigos, se les hace creer que han recibido misericordia. Levítico 26:41 “Yo también habré andado con ellos en contra, y los habré metido en la tierra de sus enemigos: y entonces se humillará su corazón incircunciso, y reconocerán su pecado;” Versículo 42: “Y yo me acordaré de mi pacto con Jacob, y asimismo de mi pacto con Isaac, y también de mi pacto con Abraham me acordaré; y haré memoria de la tierra.”


Como enseñó el apóstol Pablo, en Abraham serán bendecidos todos los Israelitas entre las naciones. Un fundamento de la verdad es saber tus ancestros. Solo así podrás comprender el verdadero arrepentimiento en Cristo y el camino a la misericordia. Las escrituras prevén esta necesidad de misericordia que se obtendrá después de volver. Dios cumpliendo sus promesas se detalla en muchas escrituras. Levítico 26:44 “Y aun con todo esto, estando ellos en tierra de sus enemigos, yo no los desecharé, ni los abominaré para consumirlos, invalidando mi pacto con ellos: porque yo Jehová soy su Dios:” Versículo 45: “Antes me acordaré de ellos por el pacto antiguo, cuando los saqué de la tierra de Egipto á los ojos de las gentes, para ser su Dios: Yo Jehová.”


No se deje engañar creyendo que su pasado y ascendencia no tienen importancia. No hay pacto ni juramento para las religiones, esto es realmente lo que no es importante. El Padre Celestial no olvidará su herencia, ni la misericordia para aquellos que miran a su padre Abraham. San Lucas 1:54 “Recibió á Israel su siervo, acordándose de la misericordia,” Versículo 55: “Como habló á nuestros padres á Abraham y á su simiente para siempre.” Versículo 72: “Para hacer misericordia con nuestros padres, y acordándose de su santo pacto;” Versículo 73: “Del juramento que juró á Abraham nuestro padre, que nos había de dar,”


El mismo Señor sobre Todos

Sin embargo, un incrédulo podría decir que a Cristo no le importa de qué nacionalidad eres. A tal persona los dirigimos al libro de San Mateo.


Mateo 15:22 “Y he aquí una mujer Cananea, que había salido de aquellos términos, clamaba, diciéndole: Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí; mi hija es malamente atormentada del demonio.” Una mujer viene buscando la misericordia de Cristo, específicamente que su hija sea sanada de un espíritu maligno. Se habla de la misma mujer en el libro de Marcos 7:26 “Y la mujer era Griega, Sirofenisa de nación; y le rogaba que echase fuera de su hija al demonio.” Esto nos deja saber que ella no era de los hijos de Israel.


Continuemos leyendo para ver la respuesta que Cristo le dio. Mateo 15:23 “Mas él no le respondió palabra...” ¿Dónde está el Señor compasivo que no le importa de qué nación eres? ¿Podría ser posible que él no la oyó o no era consciente de su situación a pesar de que dijo que ella clamaba hacia él?


Mateo 15:23 “Mas él no le respondió palabra. Entonces llegándose sus discípulos, le rogaron, diciendo: Despáchala, pues da voces tras nosotros.” ¿Los discípulos conscientes de esta mujer y su situación pidieron que Cristo la despidiera? En este momento sabemos que él es plenamente consciente de la situación y en lugar de permanecer en silencio, deberíamos esperar una respuesta.


Mateo 15:24 “Y él respondiendo, dijo: No soy enviado sino á las ovejas perdidas de la casa de Israel.” La respuesta a esta mujer es extremadamente clara. Es innegable que Cristo inicialmente estaba ignorando sus súplicas. El rechazo de los discípulos hacia una persona que necesita ayuda y la falta de crítica o corrección de Cristo a los discípulos se debe a su nacionalidad. Podríamos establecer como un hecho que Cristo No fue enviado por el Dios Altísimo a las otras naciones. También era de conocimiento común lo que le explicó, que lo enviaron solo para las ovejas perdidas de la casa de Israel. Véase, Mateo 18:11.


Mateo 15:25 “Entonces ella vino, y le adoró, diciendo: Señor, socórreme.” A pesar de ser despedida, continuó siendo persistente. Mateo 15:26 “Y respondiendo él, dijo: No es bien tomar el pan de los hijos, y echarlo á los perrillos.” En esta respuesta, mostró que una persona de otra nación no es igual a los hijos de Israel. ¡Comparó a la mujer con un perro! Aun que parezca como gran insulto, es una analogía genial mostrando la diferencia entre el pueblo elegido y todas las demás naciones. Su explicación viene desde muchas escrituras que describen a los perros como una ofrenda inaceptable a Dios porque son inmundos y abominable. Por lo tanto, a los perros no se les daba la comida que uno comería, sino la basura y las cosas inmundas. Entonces, no es apropiado alimentar a los perros con el pan de los hijos.


Mateo 7:6 “No deis lo santo á los perros, ni echéis vuestras perlas delante de los puercos; porque no las rehuellen con sus pies, y vuelvan y os despedacen.” El pan representa esos dones santos que Dios dio a los hijos de Israel, como Cristo, el Espíritu Santo, la tierra prometida (Reino), etc.. Véase, 1 Corintios 10:15-20, Juan 6:47-48, Lucas 11:11-13, y Deuteronomio 8:6-10.


El Nuevo Pacto

Mateo 1:21 “Y parirá [Maria] un hijo, y llamarás su nombre JESUS, porque él salvará á su pueblo de sus pecados.” Nuevamente confirmando a quién vino a salvar. Por la muerte de Cristo se estableció un nuevo testamento o pacto (acuerdo). No podemos olvidar que su pueblo Israel solo tuvo el primer pacto, por lo tanto, necesitaban ser salvados de sus pecados.


Tenemos que recordarles hermanos y hermanas, ¿con quién estableció el Señor su nuevo pacto? Hebreos 9:15 “Así que, por eso es [Cristo] mediador del nuevo testamento, para que interviniendo muerte para la remisión [salvar] de las rebeliones [pecados] que había bajo del primer testamento, los que son llamados reciban la promesa de la herencia eterna.”


¿Puedes resolver una disputa con una persona que no conoces? Imagínese acercarse a un extraño y rogarle que renueve su relación con usted. Estarían confundidos y quedarás en una posición incómoda y vergonzosa. Esta es la situación con aquellos que afirman que el nuevo pacto fue para todas las gentes cuando no participaron del primer testamento. Cristo vino a reconciliar a Israel con el Padre celestial; esta es la razón porque un nuevo pacto es necesario. Hebreos 8:8 “Porque reprendiéndolos dice: He aquí vienen días, dice el Señor, y consumaré para con la casa de Israel y para con la casa de Judá un nuevo pacto;” Los hijos de Israel en sus pecados rompieron el primer pacto, causando que ellos tenga falta (culpa). No podemos añadir o quitar de las palabras del Señor; su pacto es con la casa de Israel y Judá. Por favor lea, Jeremías 31:31-37.


Para la Salvación

Un incrédulo persistente preguntaría si Cristo nos enseñó a conocer nuestra nacionalidad. La respuesta es simplemente, ¡SÍ! Se encuentra un ejemplo cuando Cristo conoció a una mujer que se llamaba a sí misma Samaritana. Juan 4:9 “Y la mujer Samaritana le dice: ¿Cómo tú, siendo Judío, me pides á mí de beber, que soy mujer Samaritana? porque los Judíos no se tratan con los Samaritanos.” En esta situación, Cristo inició la conversación, la mujer se sorprendió de que un Judío le estuviera hablando. Lo cual tiene sentido, basado en la interacción previa que leímos. ¿Pero por qué le estaba hablando a ella?


Juan 4:10 “Respondió Jesús y díjole: Si conocieses el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber: tú pedirías de él, y él te daría agua viva.” A esta mujer Samaritana Cristo le ofreció el don de Dios, que significa la salvación. Por favor lea, Romanos 6:23.


Juan 4:11 “La mujer le dice: Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo: ¿de dónde, pues, tienes el agua viva?” La mujer pensó que Cristo estaba hablando de agua del pozo que estaba delante de ellos. Ella no entendía que el agua viva a la que se refería era el don espiritual del Espíritu Santo y en última instancia, la salvación. Véase, Juan 7:38-39 y Isaías 12:2-3.


Sin embargo, cuando la mujer continuó hablando con Cristo, ella sabía de su nacionalidad, pero decidió no seguirla. Juan 4:12 “¿Eres tú mayor que nuestro padre Jacob, que nos dió este pozo, del cual él bebió, y sus hijos, y sus ganados?” Mientras que la conversación continúo, Cristo le revela lo que significaban las aguas vivas. Juan 4:14 “Mas el que bebiere del agua que yo le daré, para siempre no tendrá sed: mas el agua que yo le daré, será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.”


Después de que ella se dio cuenta de lo que le estaba ofreciendo, él la advirtió. Juan 4:22 “Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos: porque la salud [salvación] viene de los Judíos.” Por lo tanto, Cristo si enseñó la importancia de la nacionalidad, al expresar que ella debe ponerse su heredad como Judía porque no hay otra forma de recibir la salvación. Su nacionalidad es esencial para ser verdaderos adoradores del Padre Celestial. Por esta razón, los Apóstoles mismos enseñaron a aquellos que no conocían su nacionalidad cómo arrepentirse y volver a las bendiciones que el Padre Celestial le había dado a Israel.


Nos volvemos á los Gentiles

Un ejemplo de esto fue Pablo el ministro de los Gentiles. Romanos 9:23 “Y para hacer notorias las riquezas de su gloria, mostrólas para con los vasos de misericordia que él ha preparado para gloria;” Versículo 24: “Los cuales también ha llamado, es á saber, á nosotros, no sólo de los Judíos, mas también de los Gentiles?”


Para explicar cómo Dios antes preparó la gloria para los hijos de Israel, Pablo citó el libro de Oseas. El uso la profecía para ilustrar cómo se les enseñará a los Gentiles su nacionalidad. Romanos 9:25 “Como también en Oseas dice: Llamaré al que no era mi pueblo, pueblo mío; y á la no amada, amada.” En el Iglesianismo esta escritura se usa para dar la ilusión de que se refiere a los Gentiles reales. En su doctrina, te llevan a creer que las naciones extranjeras no fueron aceptadas hasta la muerte de Cristo. Tan malo como suena, eso confirma que las otra naciones paganas no tenían una relación previa con el Dios Altísimo.


Romanos 9:26 “Y será, que en el lugar donde les fué dicho: Vosotros no sois pueblo mío: allí serán llamados hijos del Dios viviente.” Una profecía que cayó sobre Israel debido a la dispersión en cautiverio.


Oseas 1:10Con todo será el número de los hijos de Israel como la arena de la mar, que ni se puede medir ni contar. Y será, que donde se les ha dicho: Vosotros no sois mi pueblo, les será dicho: Sois hijos del Dios viviente.” Como puede ver, es una cita directa que habla de los hijos de Israel. A los Israelitas se les decía que no eran hijos de Dios; tales cosas suceden hoy como sucedió en el período de el Apóstol Pablo. Pero Pablo y el resto de los apóstoles les enseñaron que en realidad son hijos del Dios viviente, significando que les enseñaron su nacionalidad según la Biblia.


Romanos 9:27 “También Isaías clama tocante á Israel: Si fuere el número de los hijos de Israel como la arena de la mar, las reliquias [remanente] serán salvas:” Pablo continuó diciendo que Isaías “clama tocante á Israel”, no a Gentiles. Explicando Oseas, que Israel será como la arena del mar y un remanente de ellos sería salvado. Por consiguiente, informando a los ignorantes de su herencia, que habían creído que eran Gentiles toda su vida; se les dijo que en realidad son los hijos de Israel. Hoy en día es nuestra tarea hacer lo mismo por nuestros hermanos y hermanas que están perdidos en el mundo.


Con el entendimiento de las Escrituras, ahora podríamos comprender completamente lo que Pablo quiso decir cuando dijo en Romanos 10:12 “Porque no hay diferencia de Judío y de Griego: porque el mismo que es Señor de todos, rico es para con todos los que le invocan:” Significando que las promesas dadas fue para todo Israel, incluso para aquellos que fueron criados en las costumbres Griegas (Helenistas) debido a la esclavitud. 2 Macabeos 6:6 “Y tampoco había quien guardase los Sábados, ni las fiestas solemnes de la patria eran guardadas, ni aun quien simplemente se confesase ser Judío [eso era ilegal].” Como muestra la evidencia, los hijos de Israel fueron obligados a renunciar a su nacionalidad y llamarse a sí mismos Griegos. Véase también, 1 Macabeos 1:43-55 y Joel 3:6. Son el mismo pueblo, por lo tanto, cualquiera de la simiente de Israel que invoque el nombre del Señor será salvo.


Sin el conocimiento de las profecías y la historia, podría volverse oscuro cómo Judíos y Griegos son los mismos. También estaría contradiciendo a Cristo, quien rechazó totalmente a una mujer Griega. Romanos 10:13 “Porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.”


De manera similar, Pablo cita otra profecía para explicar su declaración. Joel 2:32 “Y será que cualquiera que invocare el nombre de Jehová, será salvo: porque en el monte de Sión y en Jerusalem habrá salvación, como Jehová ha dicho, y en los que quedaren, á los cuales Jehová habrá llamado.” La profecía habla por sí misma. El cualquiera o todo aquel que iba de ser salvo es de Sión, que es Israel. Por favor lea, Isaías 60:14. Hay muchos en el Iglesianismo que creen que son salvos. Lamentablemente no saben lo que adoran, ni el camino a la salvación.


Ahora es fácil entender la escritura que lees en la página de inicio. Efesios 2:11 “Por tanto, acordaos que en otro tiempo vosotros los Gentiles en la carne, que ERAIS llamados incircuncisión por la que se llama circuncisión, hecha con mano en la carne;”


Darse cuenta de lo que Pablo dice, “que en otro tiempo” es decir en tiempo pasado eran; mostrándonos que ahora han puesto su verdadera herencia. También queremos recordarle que no existe un Israelita espiritual. Véase, Romanos 9:3-5 y Apocalipsis 2:9. Entonces si fueran verdaderos Gentiles, no podrían ser llamados por el nombre de Israel. Porque un Edomita es un Edomita (Griego), no podemos cambiar nuestras nacionalidades.


Efesios 2:12 “Que en aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la república de Israel, y extranjeros á los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo.” Versículo 13: “Mas ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo.” ¡Cuando eran Gentiles estaban sin Cristo! Al no saber que eran Israel, no tenían esperanza; porque los alejó de Dios y de todas las riquezas que provienen de las promesas de nuestros padres.


Conociendo las riquezas y la bondad del Dios de Israel, les rogamos a nuestros hermanos y hermanas que se pongan en la mente de nuestros padres. Véase, Malaquías capitulo 4. Por todas las promesas y bendiciones fueron dadas a un pueblo específico, Israel. Una vez estuvimos alejados, llamándonos a nosotros mismos por otros nombres distintos a los que Dios nos había llamado (Hispanos, Indios Americanos, y Negros, etc..). Pero ahora debemos vestirnos de Cristo y reconciliarnos con el Padre.


Gálatas 3:26 “Porque todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús.” Versículo 27: “Porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis vestidos.” Versículo 28: “No hay Judío, ni Griego; no hay siervo, ni libre; no hay varón, ni hembra: porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.” Versículo 29: “Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente la simiente de Abraham sois, y conforme á la promesa los herederos.” ¡Shalam (Paz)!